jueves, 24 de enero de 2008

Luna, lunera


¿Por qué la luna llena afecta a todo el mundo? No me digan que no. No quiero decir que les salga pelo por la espalda (habrá a quien le ocurra) pero no me negaran que se vierte en el ambiente un caldo especial, más edulcorado de lo normal. Un no sé qué que qué se yo con devastadoras consecuencias... A mí me ocurre, hablando en plata. La locura viene a mí, no ahúyo a la luna por que no viene a colación, pero casi. Y así como los otros se pierden en tareas diversas, como ligar con personas extrañas, pedir explicaciones incongruentes, comprarse las rebajas enteras. Yo deposito entre lágrimas e improperios todas las miserias que se albergan en lugares recónditos de mi alma. Eso sí, me quedo nueva, como la luna oronda y fría.

martes, 8 de enero de 2008

TOCAR FONDO


Para mis dos únicos y fieles lectores:

¿Cómo saber cuándo se ha tocado fondo irremediablemente? Es sencillo. Lo sabes cuando un día entre semana y no festivo, te levantas con el pijama y el pelo sucio más allá de las 12. Toses. La enfermedad te distancia del suicidio porque no te deja pensar cómo llevarlo a la práctica. Toses todavía más fuerte.
Te miras a los pies y observas con estupor que llevas las zapatillas de ir por casa, una de cada manera y encima, ambas, son del mismo pié. No sabes de cual, no importa. Sus respectivas parejas son despedazadas por los jugos gástricos de uno de los siete estómagos del sofá. Tampoco tienes fuerzas para removerlo y comprobarlo. Así que las dejas perecer y te resignas a desplazarte como si tuvieras los pies planos. Toses desesperadamente.
Salir de casa te aterra; si no lo haces la tos no acabará contigo, pero sí la inanición. Deambulas por la casa como un fantasma patizambo pensando qué hacer, qué hacer. Dejas de pensar cuando notas que los las ruines zapatillas se te pegan al suelo. Sí, la casa también está en las últimas.
Es entonces cuando te tiras de los pelos. Quieres gritar. Estás a punto de hacerlo... Y por supuesto, toses.
No te queda más remedio que empezar limpiando la casa. Luego te duchas, compras comida. Y te gastas el sueldo en un humificador. Para ver, si ¡por Dios!, dejas de toser.

Gira navideña de Heidi

Sin noticias de Dios
en Heidi.
Sin noticias de hadas.
El arte se dispara en frente
de las risas de los niños
que lo matan.

Tenemos una directora LOCA
que corre despendolada
-si nos quitamos las cabezas
y, con los trajes de los personajes,
mostramos, humildes,
nuestras preciosas caras-.

Tenemos un director PASOTA;
que le importa todo tanto
como nada
y nos abandona:
"Corred con vuestra propia suerte,
tened aplausos a hondonadas.
Que a mí el cólico
me pervierte
y tengo, de cantar,
la garganta rota."

Tenemos de autobús
mil doscientas horas devotas:
Señor de los palillos,
Búsqueda, entre otras
Harry Petas, dos o tres
y en español todas
¡Paletos!
¡Ay que tener pelotas!

Y los actores, actúen
sin chocarse con las cosas.

Por lo pronto estoy de gira
en una sábana rosa
y cuando acabe, venga el día
en que nos cubra la gloria.